Es una pelÃcula extraordinaria, memorable. Dos grandes temas italianos, la Iglesia y la mafia son los dos escenarios, y la santa y el viejo conde vampiro los personajes centrales, respectivamente. Mano maestra de Belocchio, tanto en el guión como en la dirección de los numerosos actores.
Me resulta increÃble que yo sea el primer comentarista de semejante obra.