Casi dos horas esperando que pase algo. Y no pasa nada. Inma Cuesta es una actriz de primera, pero no me creo que una granjera del siglo XIX, aislada de la sociedad, tenga siempre el rostro, las cejas y el cabello como si acabara de salir del salón de belleza. Pensé que habrÃa algún giro sorprendente, pero la única sorpresa es que no pasa nada, y cuando parece que va a pasar, no pasa.