Al ver Lea y Mira, entendí por qué la directora eligió a las protagonistas, por qué se conmovió con ellas, con sus historias, con su amistad, con su hermanazgo. También entiendo por qué decidió poner el foco de la película en la reflexión sobre el sentido de la vida, en el amor y en el humor, incluso para dar cuenta de las atrocidades del Holocausto.
Sería lindo que esta película se viera en todas las escuelas. Es un ejemplo de lo que yo llamo “enseñar con historias de la vida real” con el agregado de ser una narración sensible, en voz baja, relajada y por momentos graciosa.