Hay que mencionar a Silvina Frejdkes por el PÉSIMO guión que escribió. Los personajes hablan como en una novela de esas que quedan de saldo en las librerÃas de ocasión, lo que me lleva a inferir que la "escritora", por más libros que tenga escritos y publicados, también debe haber escrito uno de esos plomazos traÃdos de los pelos, desde llamar "Marthin Muller" al personaje, cuando en alemán serÃa "Martin Müller". Burrada de antologÃa.
Como decÃan Les Luthiers, Lecchi, dirigiendo, es un animal. Es-pan-to-so.
Los actores no son malos, son peores. Oriana tiene lo peor del "Ova" y lo peor de la madre. Sobreactuados, se mueven como muñequitos de torta.
El que hizo el asesoramiento histórico, es un burro en crudo y un ignorante de solemnidad. No tiene idea de la historia argentina contemporánea de la época de la II Guerra Mundial ni del conflicto diplomático generado por el "Combate del RÃo de la Plata", ni por la repatriación de los marinos del "Admiral Graf von Spee".
Quien se encargó de los vestuarios, hizo una mezcla de telas, zapatos, sombreros y zapatillas anacrónicos. Nada tiene que ver con la época excepto los sombreros, que deben haberlos pedido en un museo. Ni siquiera se tomó el trabajo de mirar un documental para ver cómo se vestÃan mujeres y hombres en 1939-1940. Otra incapaz.
Ambientar una parte en el Eden Hotel de La Falda, fue lo único más o menos acertado. La filmación debe haber incrementado la fatua creencia de los faldenses o falderos (se puede decir de las dos maneras) que Hitler alguna vez estuvo en ese hotel, asà como ignorar que quien sà estuvo fue Albert Einstein. No es un decir: a mà me pasó.
Filmar en la cascada y que los personajes lleguen ahà saliendo del Eden (que está en la otra punta de la ciudad y a unos cuantos kilómetros) sin transpirar, muestra el desconocimiento absoluto de la geografÃa del lugar.
Qué desperdicio de tiempo y dinero, Mein Gott!
¿Quién fue el que le dio un premio a este bodrio? Claro, se lo dieron en plena época macrista, la de la decadencia de la cultura. Quizás los productores tenÃan algo que ver con el â–ºpro/Cambiemos, para hacer juego con la ignorancia. Una vergüenza de la que el INCAA tardará mucho en sobreponerse. ¿Un premio? ¡Por Dios! ¡El premio al BODRIO!