Solo en casa 1 y 2 son clásicos familiares permanentes y remakearlos a estas alturas a primera vista resulta innecesario. Pero vender como pseudo-remake de la primera un telefilme en el que solo se libra de lo cutre los hogares de los personajes, es un delito cinematográfico. En resumen: un guión chapucero con personajes olvidables, argumento sin gracia ni chispa, interpretaciones del montón, y un niño protagonista que siento decir resulta más que repelente. Inexplicable que exista presupuesto para realizar tamaña afrenta en los tiempos que corren.