Ricardo Espinoza

Simplemente es una obra de arte... nos transportó a nuestra infancia, reímos, sufrimos, lloramos y nos emocionamos como cuando la veíamos por la tv, fue como si no hubieran existido estos más de 20 años... la animación excelente, la historia de Ryota sublime, la emoción del juego y el desarrollo de personajes fue genial... Es una lástima que las salas de cine hayan estado vacías al menos acá en León, Guanajuato (México) y a una semana de sus estreno solo la encuentras en pocas salas y en horarios de risa (11:30 de la mañana o máximo 2:30pm), no necesitas haber visto la serie para entenderla, pero si la viste la emoción se multiplica.

Como todas las películas animadas, va disminuyendo en calidad en cada entrega, le pasó a Shrek, Mi villano favorito, Madagascar, La era de Hielo y ahora a Hotel Transilvania... A los creadores de esta cuarta entrega se les olvido las mismas reglas que pusieron en las anteriores... como que un vampiro no puede hipnotizar a otro vampiro (Aquí Drácula hipnotiza a Dennis)... la trama muy tonta... si Van Helsing siempre tuvo esa arma... porque no la usó en un principio para acabar con los monstruos? Un mensaje muy tonto que le dan a los niños... ¿pelea por heredar los terrenos de la familia?... y para rematar incluso a los actores de doblaje se les olvidó cómo se escuchaban sus personajes en las películas anteriores... por un momento pensé que habían cambiado a todos los actores de doblaje... tal vez porque no salió en el cine no le echaron ganas...