Es inevitable la relación que hacemos de nuestra vida con la de los personajes, es una obra sencilla de puras emociones, rica en argumentos para estremecer al corazón más duro, es un golpe de humanidad y la cahetada a la arrogancia de la gente, somos eso, un puñado de risas y de llanto, en una canoa pequeña que trata de soportar la furia del mar.