Gente, esta pelÃcula no es para criticar la pedofilia, al menos no es su totalidad. Llegué predispuesta a odiarla y descubrà que me gustó (no tanto, pero capté el mensaje) porque lo sentà real. El punto no es que Amy, siendo una niña de once años, esté bailando de manera provocativa. El punto es que hay niñas como Amy en todos lados. Yo me lo imagino como una linea horizontal, en un extremo tenemos a niñas vistiéndose y actuando de manera sexualmente sugerente y hablando de temas que desconocen precisamente por ser niñas, y del otro lado, en el extremo opuesto, tenemos una familia religiosa y bastante conservadora. La pelÃcula nos pone a Amy en este ultimo extremo y nos muestra cómo llega a superar los lÃmites para, finalmente, terminar encontrando un punto intermedio que sà es sano. Amé a la madre de Amy, amé que la pelicula no satanizara a la religión ni santificara el twerking sino que lo mostró tal y cómo es en realidad. En cuanto a la gente que teme que esta pelÃcula sea vista por pedófilos, me pregunto que dirÃan del libro o la pelÃcula de Lolita. Tal vez la próxima recomendación que recibamos sea una que le prohÃba a las niñas ir a una piscina o a la playa en bañador, porque pueden haber pederastas mirando. Un mensaje puede ser tergiversado por algunos, pero eso no significa que no deba decirse y hacer que todos escuchen.
Esta es la primera vez que doy mi opinión de esta manera, y solo necesitaba volcar todos mis pensamientos sobre lo que acabo de ver en algún sitio.