Es un libro pretencioso. Abunda en recursos técnicos que no aportan nada a la trama. El narrador (o narradores, porque cambia de estilo un capítulo sí y otro también) se entromete demasiado y dificulta el conocimiento de los personajes.
La lectura nunca es placentera.
Entiendo que la finalidad del autor sea incomodar. Pero hay formas de hacer libros monstruosos y artísticamente notables: piense en los Cantos de Maldoror, piense en el Ulises...
Cuide su dinero.