Hermosamente trágica, pese a leer las crÃticas al documental, yo creo que si, más que informar al espectador de las caracterÃsticas y modo de vida de una especie; el documental logra conectar más allá e impactar en la vida de otro ser, como el humano; muchas veces, el predador de ellas, creo que supera las propias dimensiones del documental. He leÃdo muchos comentarios en sintonÃa con los mÃos, decidiendo nunca más comer nada de este maravilloso y para mà ahora, inolvidable ser vivo. Me conmovió, no pude dormir, sino pensando con impotencia en porqué el explorador y documentalista Foster, no intervino en favor de ella, y recordaba aquello del libre albedrÃo de la propia existencia y ese no entender porqué, si hay un ser supremo o todopoderoso, permite que lo más hermoso o inocente muera, y asÃ, ve impávido a los peces, comer a la moribunda madre; su corazón, dice, se destroza, pero lo permite, como permite espectar el fin de la vida, viendo al tiburón llevársela hacia el fondo del bosque de sombras. He leÃdo también las crÃticas al antropocentrismo que le atribuyen a Craig Foster; y entiendo que a mà me produjo lo mismo que a él: admiración, aprendizaje, curiosidad y ese sentimiento profundo de conexión con la propia vida que decanta en el respeto fraterno entre especies. Agradezco a Foster por esta historia impresionante, y a ELLA; criatura tan hermosa, tan perfecta, tan vulnerable y al mismo tiempo, tan fuerte en sus capacidades, una exploradora natural, como Fóster; curiosa, astuta, vence su timidez e interactúa con un humano al que ya no teme, al que acaricia con sus tentáculos. Ella es sin lugar a dudas una criatura más valiosa que muchos humanos. SÃ, es verdad, un pulpo hembra también me enseñó a mÃ, a través de ella misma, el respeto que debo tener por la vida, incluso, de lo que no comprenda.