Hay relatos eróticos en internet con más literatura de la que hay en este libro. Da vergüenza ajena leerlo. No sé si este escritor se lo cree, o el editor lo ha engañado. Las expresiones son ridículas, repetitivas, con falta pasmosa de recursos. Y la trama denota una falta de imaginación y un claro indicio de que el autor ha visto muchas películas americanas.