Al final de te quedas con el sabor amargo de que en realidad, la justicia es diferente para todos. Desde luego retrata perfectamente la realidad de España, el paÃs de la pandereta. Todas las pruebas, cuadernos, grabaciones… nada sirve para condenar a los chorizos que tenemos en el gobierno. El triste final desesperanzador es la cruda realidad, ni más ni menos.