Estamos frente a una confusa mezcla gnóstica y esotérica dentro del mismo cristianismo que busca diluir la fe cristiana en un magma de confusión, relativismo, ingenuidad y desinterés con respecto al sufrimiento ajeno y a los problemas sociales. Es una anestesia general para el narcisismo religioso que busca satisfacer sus necesidades trascendentales sin mucho sacrificio, una religiosidad acorde a la lógica del mercado y del consumo.
Expresan literalmente que «no existe el pecado, ni la responsabilidad moral, todo es cuestión de evolución cósmica, de perfeccionarse hacia una nueva conciencia planetaria» (la de Acuario), hacia el «despertar» o la «iluminación».