Es una serie policial lenta y sin acción. No hay momentos de tensión, por ejemplo, la vida del detective que investiga nunca está en riesgo. No hay peligro durante la investigación. La historia aburre.
Luego tanto desarrollo de personaje hace que la audiencia empatice con la asesina, porque es una buena mujer y los motivos que tuvo para cometer los crÃmenes son justos. Claro que se plantea el dilema de que hacer justicia por mano propia no está bien, pero la dirigencia polÃtica es tan corrupta, que el espectador se alegra de que no le pase nada a Norma.
Para terminar, la relación romántica es sosa, no hay una tensión sexual entre ellos. No se miran con deseo, no hay roces sutiles, nada que haga que el espectador esté pendiente de que se besen. Parece una relación entre dos hermanos.