Miguel Lozano

Una película que va desde perfilar -de manera bien lograda- la personalidad de un psicópata, hasta un ensayo sobre la perspectiva del arte. Una narración circular con un diálogo constante, entre dos posturas opuestas sobre la moral y la apreciación estética, una posmoderna y otra clásica. Este filme no da tregua al espectador

Es una película larga pero entretenida, no deja de sorprenderte, te muestra personajes que se repiten y cuyas vidas se desarrollan y se cruzan con desenlaces inesperados; ambientada entre los años 40 y principios de los 60s en el medio rural de posguerra de los Estados Unidos, te muestra la historia de una familia que se recompone tras la muerte y desaparición de sus principales miembros, ello en circunstancias tan trágicas como creíbles. Naturalismo difícil de adaptar en una película norteamericana tipo mainstream, muestra las debilidades, disonancias y fortalezas de sus personajes sin ningún pudor, vacilando armoniosamente entre el drama, el misterio, el análisis de personaje y la acción. Película cuyo final parece mas bien un comienzo; actuaciones en su mayoría buenas y un aceptable diseño de arte. El Diablo a todas Horas es sin dudas recomendable y merece un espacio en la memoria de las y los cinéfilos