Extraordinaria actuación de padre e hija. La decepción, sorpresa, ira, confusión, una mezcla de emociones reflejadas en el rostro y gestos que llevan al espectador a una simbiosis tal que en pocos minutos sentimos en lo más profundo de nuestro ser los mismos padecimientos que los protagonistas. Una situación triste pero real y muy cruel tanto para el que padece demencia senil como para su entorno. Muy merecido el Oscar para Anthony Hopkins