Realizar un filme que te sumerja en las zonas más Ãntimas del ser humano sin recurrir a trucos y efectos sensibleros, es una muestra de gran sensibilidad y de gran talento narrativo, y dirÃa también de una capacidad muy especial de percibir la existencia y sus zonas más sutiles. Directora, actriz, director de fotografÃa y compositor musical se hacen uno para conseguir un film exquisito, hondo, riesgoso, revelador. La mano, que en momentos pareciera venir de algún planeta distinto y que guÃa todo el proceso con una sensibilidad y un respeto exquisito y preciso, es la de Chloé Zhao. No se debe olvidar que la actriz principal, Frances McDomand, un par de años atrás habÃa leÃdo el libro que dio origen al guión. Ella buscó a Chloé, a ella en especÃfico. e inicio un diálogo verbal y espiritual capaz de explorar la ancianidad, la enfermedad, la soledad, vislumbres de la familia y la presencia sutil de una energÃa espiritual que cubre el universo con amor y equilibrio. Un film que se aplaude y que se agradece.