Una gran maestra, quien más allá de sus textos de historia de la arquitectura, nos dejó como enseñanza, el ser auténticos y nunca copiar en el pensamiento ni en la obra.
Algo que hoy pareciera un motivo sin sentido, la carencia de ello, es parte de la razón por la que la arquitectura se conduce por la ruta equivocada, al garete de las modas por las formas, tecnologías, incluso ideologías y beneficios económicos exacerbados. Cuando, el resultado, si es auténtico, se sostiene solo y por añadidura se impone en beneficios.