La pelÃcula supera binarismos intelectuales. Jamás se reduce a la linealidad. La trama es compleja y rica gracias a la cantidad de aristas desde las que se aborda al personaje. Por momentos el guión resulta demasiado denso por la cantidad de conocimiento musical experto que demanda del expectador. "Ser acusado y ser culpable es prácticamente lo mismo en estos tiempos": es sólo uno de los ricos debates que quedan planteados en TAR. Sublimes pasos musicales y la sonoridad del alemán sin traducir, agregan magia a la puesta. La actuación memorable de Cate Blanchett, desnuda todas las contradicciones inherentes a la tensión ético polÃtica en lo humano y en lo artÃstico.