El Graduado (1967)
Director: Mike Nichols
Hace poco volví a ver, con otra visión, esta excelente película (crudo reflejo de los cambios sociales y culturales que enfrentaban los EEUU en aquellos convulsos años 60 del Siglo XX) del Mike Nichols que cuenta con un reparto de lujo en el que se destacan Anne Bancroft (La Señora Robinson), Dustin Hoffman (El pusilánime Ben Braddock) y Katharine Ross (Elaine Robinson).
En principio, la primera vez que la vi, en televisión tradicional hace ya muchos años (con sus cortes comerciales y su censura para adaptarla a la televisión abierta), me pareció un drama bastante interesante, con una puesta en escena que juega mucho con las imágenes (baste recordar ese encuadre de Ben visto desde la pierna de la Sra. Robinson mientras se coloca sensualmente su media de seda) o esa muestra simbólica donde el protagonista se sumerge en un traje de buzo en la piscina alentado por padres y amigos el día de su cumpleaños hundiéndose en los convencionalismos y la complacencia de una sociedad que apenas comprende, para luego decidir arrojarse a una relación absorbente y destructiva con la Sra. Robinson.
En esta nueva visualización busque ver el componente de comedia que, en algún momento un colaborador de una red social me alentó a encontrar, y, definitivamente, en este filme dramático hay toques muy llamativos de comedia y hasta instantes donde el protagonista nos hace sentir vergüenza ajena. La escena donde reserva la habitación para su primer encuentro erótico con la Señora Robinson o esos momentos donde muestra su pusilanimidad frente a las relaciones con sus padres, sus mayores y hasta la misma Elaine tienden a ser tragicómicos.
Entonces, como enmarcar al Graduado, ¿cómo comedia romántica?, ¿cómo drama?, ¿cómo comedia dramática?, la verdad la sigo viendo cómo un drama con pinceladas de comedia. Es un reflejo de una época donde la libertad sexual estallaba violentamente en la cara de la sociedad conservadora de los EEUU que habían creado una estructura social en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial y que veía desmoronarse este status quo por la llegada de una generación que venía a romper los esquemas establecidos; Ben Braddock era ese estilo conservador seducido por el deseo de una construcción social decadente, Mrs Robinson, que, al final, descubre que su pasión al final nace del amor que siente por la nueva visión engendrada por la antigua estructura, Elaine.
Las imágenes, los diálogos, la música, todo se une para atraparnos en medio de una vorágine de exigencias, despecho, miedo, odio y amor; y, pese a tener escenas de humor sutil no deja de ser un drama bien presentado y disfrutable, aún más en esta época en que el cine no intenta contar historias, en su mayoría, sino meter la inclusión de manera forzada en cualquier producto que salga de un Hollywood que dejó de lado la excelencia por la complacencia forzada.
Juan Carlos Camacho Castellanos