El erudito Arsuaga suele pecar de ser algo técnico, más para especialistas, y Millás es poseedor de la mejor prosa desde Galdós pero poco convencional a la hora de armar una estructura con planteamiento-trama-desenlace normativa, pues su cerebro va por libre (puede ser que por su prevalencia neardental). La unión de ambos da a luz una obra didáctica y divertida que es un verdadero placer, leerlos es tan fácil como navegar a favor de la corriente