es la perfecta definición de obra de culto. Una serie rompedora tanto en los temas que nos lanza a la cara como en la manera de enfocarlos y de estimular al espectador para que sea proactivo y forme parte también de la serie, su trama y su resolución. Es una serie evidentemente lenta en su ritmo, en ocasiones farragosa e inconexa, pero deliciosa de ver por su magnífica narrativa y los conceptos, símbolos e interpretaciones que guarda en su interior. Es un anime también recomendable para aquellos que no quieran darle mil vueltas a las cosas, ya que la trama principal tiene un principio y un final bien marcados y que puede ser satisfactoria y disfrutable si se perdona esa lentitud y los momentos en los que pareces no enterarte de nada. Un anime que requiere algo de paciencia y ganas, pero que recompensa con creces el “esfuerzo” que inviertes en él. Dadle una oportunidad aunque sea simplemente por ser una obra muy representativa de la cultura de los años 90, por lo única e irrepetible que es o por la escalofriante precisión que tuvieron sus autores a la hora de profetizar lo que la tecnología de la información haría con la sociedad.