primera mini-serie que veo de la plataforma Netflix. Trata de una niña huérfana de madre, sus años de infancia y adolescencia en un orfanato, y su juventud con una familia adoptiva. En los escasos márgenes de tiempo que escapan a la vida reglada de la institución, Beth Harmon manifiesta un excepcional talento para el ajedrez. La serie aborda los temas de la marginalidad, la rigidez del sistema educativo, la condición femenina a través de los años '50 y '60, el crecimiento personal, los estereotipos, la adolescencia, la soledad temprana.
Beth es callada, introvertida, de fina sensibilidad, astuta, observadora y sagaz. Su afectividad va desplegandose a cuentagotas, hasta completarse al final del relato. Isla Johnston la interpreta de niña, Anya Taylor-Joy de adolescente y jóven adulta, ambas excepcionales, alternando entre sutileza, sensibilidad y fiereza competitiva, que se transforma en autodestrucción cuando sufre un revés vital o competitivo.
Alrededor de ellas giran los demás personajes, las autoridades del orfanato, la amiga sincera, el auxiliar que descubre su talento, la pareja disfuncional que la adopta, sus competidores, sus compañeras de escuela.
Destaca la dirección de arte, con un uso creativo del CGI, sorprendente en su realismo para retratar la vida en USA, ambientes tales como tiendas de moda, calles, arquitectura tÃpica y decoración. El tramo en la URSS con un tono más de fábula, recrea la grandeza y el lujo de una capital rusa con aires de realeza.
La dirección adopta el punto de vista de la protagonista, distanciada pero con sincera piedad por los padecimientos que le toca ver en los afectos que la rodean. El guión cierra el cÃrculo afectivo y vital de Beth, a la manera del Hollywood clásico. Beth Harmon es soberana de su propio destino.