Adaptación moderna, bonita, coches impresionantes, vestuario espléndido, castillo fastuoso, todo precioso, pero...en ningún momento he sentido el miedo y la incertidumbre que logró Hichcok hace 80 años en magistral blanco y negro. El final, sin las normas que la ética de Heys imponÃa, entre otras - el criminal nunca puede acabar bien - es el auténtico de la novela, Max mata con una pistola de Rebecca en la cabaña de ls acantilados. Este es el único valor añadido que encuentro en esta versión. El resto es edulcorar excesivamente el misterio, el drama y un asesinato. No he paladeado un café cargado, he saboreado un café con mucha leche y azucarado. Por cierto no he visto ni una rebeca vistiendo a Lily James, esto es importante, porque desde entonces a ese "jersey" se le llama "rebeca".