Después de un mes de lectura cotidiana, he terminado de leer esta obra. Excelentemente redactada, con mucho discusión entre metafísica y filosófica. Dos personajes que debaten entre la primacía de lo esencial para uno, y lo existencial para el otro. Mientras lo leía, pensaba que debía leerlo una segunda vez. Ppero habiendo advertido que lo "pesado" o excesivamente "sustancioso", y complejo de lo metafísico que se discute, se pierde o se deteriora por una pésima traducción, efectuada por Isabel García Adánez, desisto de su relectura.
En síntesis, no es a mi gusto, una obra que le recomiendo a alguien que quiera sentirse sorprendido, tocado, dolido, pensativo y todos esos estadíos que nos produce la literatura.