Primer libro de Stephen King que me deja con un sentimiento extraño.
Empezaré diciendo que éste es un libro de fantasía. No hay ni una pizca de terror, el sello de King parece que muchas veces no se encuentra ahí, y eso me confundió muchas veces.
El libro comienza muy bien, Charlie y su padre deben vivir una horrenda tragedia familiar, de la cual su padre no sale muy bien parado, haciendo que Charlie tenga que crecer de golpe y madurar para convertirse casi en cabeza de familia. En algún momento, y bajo circunstancias extrañas conoce al señor Bowditch, un ermitaño al que todos temen. Charlie queda a su cuidado tras un accidente, y la cercanía hará que el señor Bowditch le confíe el máximo secreto, uno que cambia la vida de Charlie, y su forma de ver el mundo.
Todo muy bien con el libro, si se toma desde ésa premisa de que es completamente de fantasía, con algunos toques oscuros. Inició super bien e iba escalando maravillosamente, pero debo admitir que en algún punto después de la mitad del libro me perdí un poco, se hizo algo lento y confuso, puede que hayan sido muchos personajes de nombres extraños salidos de un momento a otro, y me confundieron y hasta aburrieron un poco, al punto de dejar el libro por un lado por algunos días.
Si, el libro repunta de nuevo, el final es emocionante, y aunque no es el final que yo hubiera elegido, me dejó con un sabor parecido a la vainilla en la boca.
Es un BUEN libro, a secas. Para alguien que le guste más la fantasía de lo que me gusta a mi, va a ser MUY BUENO. Si no se espera muchísimo de él, y se Lee poniendo atención a los nombres y lugares, para no perderse, como yo.