Ya desde el título el libro promete dejar al lector perturbado e inquieto y la promesa se cumple. Son trece relatos inquietantes, algunos quitan el sueño por lo que proponen: un momento donde lo cotidiano se quiebra y da paso al terror; la idea del ataúd vacío como una sumatoria de pérdidas. Me gustaron especialmente "Acá no me van a encontrar", "Kilómetro 38", "La fiesta infinita" y "Soluciones mágicas". Me quedé con ganas de leer más.