EXCELENTE PELÍCULA. Alta intensidad emocional. La interpretación de Jim Caviziel es insuperable, habla profundamente con sus silencios y enfoca intensamente la mirada para llegar al corazón de los espectadores. Una interpretación de Oscar. El film se desarrolla con un ritmo ágil que sabe sabiamente combinar las escenas más dramáticas con aquellas otras pocas más ligera, y distendidas que permiten respirar al espectador. El drama invita a las lágrimas más compasivas. La película es un luminoso brillante en medio de toda esas bazofia prefabricada a la que nos tienen acostumbrados la industria del cine.