Es increÃble, para cualquier persona de cualquier generación que sea capaz de pensar en algo más que en lo superficial. Un trozo de poco más dos horas que se unirán al resto de recuerdos vistos, vividos o leÃdos de tú yo más Ãntimo. El trayecto desde el platonicismo de la idea del viaje a lo salvaje como definición de la libertad y la vida real hasta dar con la clave perfecta que nadie te puede enseñar: la felicidad solo puede darse si el momento es compartido. Adiós Alexander Supertramp, cada una de las amistades y amores que dejaste en el camino nunca te olvidarán y yo tampoco. Porque hay personas con magia que no necesitan comprarte la felicidad.