Una cosa genérica a más no poder, sólo salvable por la interpretación de algunos actores, es decir, todos aquellos que no imitan a Mario Casas al hablar. A pesar de ir cliché tras cliché, los dos primeros capÃtulos son hasta interesantes, pero a partir de ahà todo va en picado hacia abajo, siendo el capÃtulo 5 el más patético de todos, con el discurso tipo Braveheart que pega el manchado antes de asaltar a los yonkis y gitanos de Can Tunis, y los 85 puñaladas que se pegan el tÃo y el sobrino mutuamente mientras se gritan, como si nada, para terminar matándose mútuamente cuando el chaval ya tenÃa que estar más que muerto. De los tiroteos de media hora sin que aparezca ni un solo policÃa ya ni hablamos, ni de la tÃa mexicana caminando por la calle con los dos machacas detrás a los que les falta un cartel que diga "somos peña chunga". No sé si terminaré de verla, porque tengo la sensación constante de ya haber visto cuarenta series idénticas. No aporta nada más que pérdida de tiempo.